Amarna Miller (Madrid, 1990) tiene público esta mañana. Vagabundos y toxicómanos, y algún pez de ciudad. Posa para la foto. Una, otra… y ahora ponte aquí. Con luz natural en esta, luego con el flash. La sesión solo es interrumpida por el trasiego de un taxi o una furgoneta de reparto. Son las diez en Madrid. Hoy luce el sol.
La palabra “puta” coge impulso en la boca y sale disparada por los labios, que han tomado la forma de un trabuco. Está considerada un ataque verbal, pero la categoría se le queda pequeña; es más que eso. En según que contextos, «puta» está bienaceptada, porque es menester echar mano de ella en ese momento. Pero el uso hace al abuso.