Libros Eróticos 004

Diez manzanitas tiene el manzano - Ofelia Dracs - descargar libro


LA PERRA

—Oye, por cuatro mil pelas pasamos un rato, una hora, chaval, y por quince mil toda la noche. Y por mil púas más te la chupo aquí mismo, en el coche, si es que eso te excita. Ahora si quieres. Sube, que no te va a pasar nada malo... Estás como amuermado. ¿No te gusto? Hala, ven, ¿Me has visto los muslos? Un momento, que me subo la falda y te los enseño. ¿Qué te parece? Uy, ahora no puedes ocultarlo: has puesto unos ojitos de deseo que te delatan. Ven, si quieres me subo un poquito más la falda. ¿Quieres verme las bragas? No, todavía no te las enseño. Más adelante. Así seguirás en vilo. Sólo te diré que son blancas, suaves. ¿Y los pechos? ¿Has visto cómo tengo los pechos?



Confesiones de una doncella inglesa - Anónimo


CAPÍTULO I:

A lo largo de los años en que he estado más o menos en contacto con otras prostitutas he escuchado frecuentemente explicaciones sobre el motivo de su degradación: la bajeza particular a la cual atribuía su inicio en una vida de vergüenza. La historia más corriente se refiere a la seducción por un amante bajo la inevitable circunstancia atenuante de «antes de que yo supiera nada», con la ocasional variación «puso algo en mi copa y cuando recobré los sentidos…» o «era más fuerte que yo y no pude hacer nada». En estos relatos, en los que sólo varían los detalles intrascendentes, el hombre siempre es culpable y la mujer nunca es un cómplice complaciente. Siempre es víctima de la depravación de algún hombre, a través de ardides, fuerza o engaño.

Confesión sexual de un anónimo ruso - Anónimo


El anónimo ruso se deleita en rebuscar en su memoria «los más ínfimos recuerdos» y, si con el tiempo estas confesiones siguen despertando gran interés, es, entre otras razones, por un parte, porque resulta apasionante seguir, gracias al relato insólitamente minucioso, veraz y lúcido que hace este hombre de su tendencia voyeurista y de sus aventuras sexuales con jovencitas, el lento desarrollo de esta invencible atracción peculiar; y por otra parte, porque nos descubren a una insospechada Rusia de principios del siglo XX, en la que reina la más absoluta libertad de costumbres sexuales, una tolerancia incomparablemente más espontánea y extendida que en el resto de Europa.

martes, 20 de junio de 2017

Erika Lust. La canción de Nora: una novela para leer con las manos - intersexciones.com

 

Lo que más me ha llamado la atención es que la historia no es una historia de sexo, sino una historia de una chica que lucha por rodar una película y en la que, de vez en cuando, se dan escenas de sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario