viernes, 22 de septiembre de 2017

Juguetes para chicas - María Gabriela Fleury



En el terreno del sexo, las mujeres también andan alzadas. Aunque todavía faltan muchos obstáculos por vencer para poder hablar de un alcance mundial de la emancipación femenina. Se trata de una evolución sostenida hasta nuestros días que tuvo primera expresión colectiva en la llamada revolución sexual de los 60, que motorizó, entre otros cambios sociales, la invención de la famosa píldora.


Diversos estudios han demostrado que las mujeres pueden tener las mismas urgencias carnales de los hombres. Que sumaría la misma cantidad de aventurillas sin que ellos se enteren.  Muchas se han dejado de cuentos de abuelas y se lanzan al ataque, toman partido en la conquista, ya de forma directa o valiéndose de otras estrategias de seducción, incluidas las tradicionales. Este ánimo reivindicador de las féminas ha sido captado por algunas casas comerciales que inventan y distribuyen aparaticos, prendas y demás artilugios especialmente para materializar las particulares fantasías femeninas.

Hasta ahora, las sex shop solían estar dirigidas al mayoritario público masculino, considerado tradicionalmente como el “natural” de este tipo de negocios. En todo caso, estaba pensando para un target digamos que unisex. Pero últimamente están apareciendo tiendas de lencería atrevida, potingues estimulantes y juguetes eróticos exclusivamente para mujeres (aunque también los hombres pueden usarlo, por supuesto). En España, específicamente en la ciudad de Valencia, acaba de aterrizar la cadena inglesa Ann Summers con gran éxito entre ibéricas, por lo que están planeando extender su audaz oferta a otras ciudades. Algunas de las clientas confiesan que les producen menos vergüenza entrar a este establecimiento por su presentación nada masculina, otras han quedado encantadas por la variedad de productos. El más vendido es el vibrador Rampant Rabbit, estimulador vaginal y clitoriano, que ayudaron a popularizar las inquietas protagonistas de la serie Sex in the city.

No es la única fórmula pensada para vender sexo a las mujeres es respuesta a una necesidad creciente del marcado. También se está haciendo popular las llamadas tupperware sex, que no son más que reuniones de amigas en casas para vender coroticos eróticos, cual promotoras de coloretes Avon u ollas Renaware. Algunas costumbres de mamá se mantienen.


Mientras aparecen estas opciones en versión criolla, las venezolanas tendrán  que conformarse con las tiendas de siempre. Pero al menos existen.












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