Sasha Grey
Del tamaño del clítoris al
miedo a educar a los menores: mitos que perduran
Vivimos en la época de la información o, más bien,
de la sobreinformación. Una de las citas más famosas en
torno a esta idea es la que pronunció el que fuera CEO de Google,
Eric Schmidt: "Disponíamos de 5 exabytes de información creada desde el
origen de la civilización hasta el año 2003. Ahora, ese volumen de información
se genera en tan solo dos días”. Un estudio posterior de
la compañía de softwareRJMetrics apuntó que
estamos ante cifras incluso mayores.
Sin embargo, este flujo constante de conocimiento
no siempre supone una mayor formación, como ocurre, por ejemplo, con la
educación sexual, que en España sigue siendo escasa. ¿Cree haber superado todos
los mitos sobre sexo que ya acechaban a nuestros tatarabuelos? Para
comprobarlo, consultamos la obra El Libro de la Naturaleza, escrito en 1861 por James Asthon, definido a sí mismo como profesor de
Fisiología Sexual, que pretendía con este ensayo “dar información a los jóvenes
que piensan en casarse, sobre la Filosofía de la procreación y la relación
sexual, mostrando cómo evitar la concepción y procreación no deseada”, es
decir, un completo manual de Educación Sexual al estilo del siglo XIX.
Abordamos sus erradas enseñanzas para descubrir que muchas de ellas siguen siendo
compartidas.
Antes
de la faena, haga la digestión
En uno de los capítulos de la serie Big Bang Theory, el científico
Leonard Hofstadter preguntaba a su novia doctora si podía tener relaciones
sexuales sin esperar las dos horas de la digestión. Pero otros sujetos se lo
plantearon mucho antes. De hecho, se trata de una idea que ya aparecía en el
libro de Asthon:
“El momento adecuado para la indulgencia sexual es una
consideración importante, ya que el descuido en este sentido puede tender a la
indigestión y otras afecciones del estómago. Las personas que están
predispuestas a este tipo de enfermedades no deben tener relaciones sexuales
justo antes de comer, ni muy poco después de una comida completa. De dos a tres
horas antes o después de comer una comida completa es el momento adecuado”.
Analiza esta idea el médico de Atención Primaria,
Froilán Sánchez Sánchez, coordinador nacional del grupo de Sexología de SEMERGEN: “A efectos prácticos, siempre y cuando no se trate de una gran
comilona, que de por sí implica otros riesgos, nada hace suponer que la
actividad sexual después de una comida, incluso abundante, pueda provocar
indigestión o problemas estomacales. Más bien esto puede ser debido al hecho de
comer en exceso”. Este tipo de mitos es congruente con lo más tradicional de
nuestra cultura judeo-cristiana, "que correlaciona la sexualidad y el
placer con el peligro y, en el caso de abusar del sexo, con el riesgo de
enfermar”.
Dita Von Tisse
Consuma
alcohol como afrodisíaco
¿Hay alimentos que nos ayudan a disparar nuestra libido? ¿Es el alcohol
uno de ellos? Este es uno de los temas sobre los que mucho se ha debatido, ya
desde hace dos siglos.
Así, Ashton cita en su obra lo siguiente: “El
alimento en particular que se calcula para estimular los órganos sexuales es
marisco o pescado de mar de cualquier tipo, y la tortuga, ya que estos
contienen generalmente fósforo. Entre las verduras se pueden mencionar el apio,
nabos, cebollas, pimientos, espárragos, tomates, habas, etc.”. Recomienda,
además, bebidas como la cerveza, el vino o el café, aunque desaconseja las
bebidas “espirituosas”, por no tener precisamente los efectos erotizantes
deseados.
Ahora sabemos que algunos alimentos (muy pocos)
junto a grandes dosis de imaginación pueden llevarnos a la performance sexual de
nuestra vida, pero, desde luego, la nevera no
es clave en este sentido. Respecto al alcohol, Froilán
Sánchez incide en que este “tiene una inmerecida fama de ser un potente
excitante sexual, puesto que los estudios llevados a cabo en hombres y en
mujeres demuestran que tiene efectos negativos en este campo”. Y continúa:
“Incluso a dosis baja dificulta el orgasmo en la mujer. En los hombres, por
encima de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, produce la supresión de la
erección”. Hay estudios que afirman que dejar
de beber durante un mes repercute en más diversión entre las sábanas. Sin embargo, muchas
personas aún no lo aceptan y tiran de la copita de vino para sentirse mejor en
sus encuentros sexuales. Esto se debe, según el doctor, a que “el alcohol es un
potente depresor del sistema nervioso central, atenúa la función del córtex
cerebral, lo que permite una mayor autonomía de centros inferiores, más
implicados en las respuestas emocionales. De este modo, en una persona pasada
de bebida, las emociones se ‘liberan’, al evitarse el control más racional del
córtex cerebral, desinhibiéndose conductas que en ausencia de alcohol se
reprimirían, generando la sensación de que el acercamiento sexual es más
sencillo”.
Conozca
las técnicas amatorias para elegir el sexo del bebé
Se lo habrá escuchado a su abuela, a su madre e incluso su prima, que
dirá que a ella le funcionó: determinadas posturas, días del ciclo lunar o
incluso determinados gestos pueden asegurar el sexo del bebé. Pues bien, esta
idea nos la llevan transmitiendo muchas más generaciones de las que pensamos.
“En las mujeres amorosas en general, se reproducen las niñas,
mientras que las que son más frías reproducen chicos con temperamento. Cuando
ambos sexos son moderados en sus deseos, se producen los niños”, apuntaba Asthon
en su libro de 1861.
A este respecto, José
Bustamante, vicepresidente de la Asociación de Especialistas
en Sexología (AES), aporta: "Los mitos con
relación al embarazopermanecen en nuestra sociedad.
Y aunque no haya ningún aval científico detrás de estas supersticiones,
seguimos encontrando personas que nos darán estos u otros consejos para decidir
el sexo de nuestro bebé”.
Sepa
cuánto mide un clítoris
Haga una prueba en una reunión con gente de confianza, pregunte cómo
cree la gente qué es un clítoris y cuánto cree que mide. La mayoría le dará la
misma respuesta que le hubiera dado alguien del s. XIX, y será errónea.
Si bien Asthon definía el clítoris como un órgano
que “se asemeja a un pene masculino en miniatura, por lo general,
aproximadamente del tamaño de un guisante”, adelanta que
quienes tienen un clítoris más grande podrían padecer hermafroditismo o doble
sexo.
El sexólogo José
Bustamente insiste en este punto en que “la sexualidad femenina en general, y
el clítoris en particular, se han visto envueltas durante siglos en un manto de
ocultismo”. Sin embargo, explica que gracias a lasaportaciones de la uróloga australiana
Helen O'Connell contamos desde 1998 (parece mentira que tardásemos
tanto) con una imagen real de la anatomía completa clítoris. “Tal y como
mostraron sus estudios con resonancia magnética, el clítoris es una estructura
que puede medir en total de 8 a 12 cm aproximadamente y que se extiende por el
interior del cuerpo, descansando sobre la uretra. Lo que queda en el exterior,
el glande clitoriano, es únicamente una cuarta parte del total del órgano del
placer”. Lo único cierto de la idea planteada hace dos siglos es que “el glande
del clítoris y el del pene comparten una estructura similar con capacidad
eréctil y alta sensibilidad”.
Sasha Grey
Tenga
miedo… mucho miedo
Asthon escribía un libro sobre educación sexual, es
cierto, pero lo hacía pensando en los jóvenes matrimonios, porque como
advierte: “Uno de los mayores males de la humanidad es la indulgencia con la
libertad sexual de niños y hombres jóvenes. No solo daña su vitalidad, sino que
también afecta a su intelecto".
En este terreno, las cosas tampoco han cambiado mucho. Y es que uno de
los motivos para no implementar una educación sexual reglada es precisamente
ese miedo a “incitar a las personas” a tener relaciones sexuales demasiado
pronto. Una vez más, Bustamente puntualiza que “los temores que algunas
personas manifiestan ante el hecho de hablar de sexualidad a los niños y esa
idea del despertar temprano por ello, es justo eso, un miedo irracional que
contradice las evidencias científicas. En realidad, sabemos que una educación
sexual basada en fundamentos científicos no solo no produce un ‘despertar
temprano’ de la sexualidad, sino que favorece la prevención de un interferencia
negativa en el desarrollo psicosexual del menor”.
Lucía Lapiedra
29 MAR 2016 - 16:50 CEST EL PAIS
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