Cada vez más mujeres recurren a intervenciones para que sus vulvas se parezcan al ideal del cine X
Labioplastia,
clitoroplastia, vontouring...
Si estos términos te suenan lejanos, no pasa nasa; probablemente es que no te
has planteado someterte a cirugía estética para
embellecer los labios externos de la vagina, reducir el tamaño del clítoris o
embellecer los genitales externos. Pero deberías tomar nota de otra
intervención, el rejuvenecimiento vaginal. El procedimiento está en pleno auge,
según apunta la vocal de Comunicación de la Sociedad Española de Cirugía
Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) Ainhoa Placer.
"La
tendencia a la depilación integral, que hace que se vea todo más, y que se ha perdido el tabú a
preguntar", podría puede explicar el aumento en la frecuencia de la
intervención, dice Placer. Y el hecho de que cada vez más
mujeres piensen que la necesitan sugiere que aumenta entre ellas la percepción
de que su vulva no es normal, cuando la única realidad contrastada es que no
hay dos vaginas iguales.
La
hipertrofia de labios menores, que es cuando esta parte de los genitales destaca por fuera de los
mayores, es el motivo que lleva a más españolas a pasar por consulta, asegura
la especialista. Pero no hay un motivo clínico que justifique corregir esta
característica, que es completamente normal, por no hablar de que es
normal que los órganos íntimos envejezcan. Y tener un buen
motivo se antoja necesario a la hora de abordar un cambio como este.
Que
las jóvenes lo tengan no es lo que sugiere un pequeño estudio piloto llevado a
cabo este año entre jóvenes pacientes del hospital Royal Children's de
Melbourne, en Australia.
El deseo de tener la vagina como las que se muestran el cine porno era la
motivación principal de las pacientes que analizaron los investigadores. Según
el trabajo, la visión estereotipada de los genitales femeninos que muestra la
pornografía y la falta de referencias que las chicas tienen para comparar sus
vaginas hace que algunas de ellas se sientan incómodas con el aspecto de sus
vulvas.
No
debería ser así, pero las 41 participantes en la investigación, que fueron
atendidas entre 2000 y 2012, sufrían la ansiedad de verse diferentes por culpa
de una vulva que no reconocían en otras chicas, un estado mental que los académicos
percibieron hasta en una chica de 11 años.
Cuando
lo deseable se confunde con lo normal
La
cirugía genital no tiene por qué ser un capricho, puede ser necesaria como
corrección de un desarrollo inadecuado de la anatomía femenina. Pero estos
casos no son tan abundantes: el 1,8% de todas las operaciones de cirugía
estética fueron genitales en el curso 2017-2018, solo un 0,4% más que en 2014,
pero los rejuvenecimientos vaginales no aparecen en esta estadística por no ser
cirugías. Las cifras tampoco recogen la preocupación de las mujeres por el
aspecto de su vulva, que no es poco.
La visión de lo que es una vulva normal y sexualmente deseable
está siendo distorsionada
Según
apunta Emilia Villegas Muñoz, ginecóloga del Hospital Vithas Parque San Antonio
de Málaga, "en torno
al 10 o el 15 % de las pacientes que acuden al ginecólogo para una revisión
rutinaria demuestran algún tipo de preocupación sobre sus genitales externos".
No se trata de chicas jóvenes, la mayoría de las veces suelen tener que ver más
con los grandes cambios que pueden protagonizar tras los embarazos y los
partos. Pero los científicos de la Universidad de Melbourne identificaron un
perfil tan distinto como desasosegante.
Sus
datos mostraron que la
edad promedio de las pacientes preocupadas por el aspecto de sus vaginas era de
14 años, y que en casi una cuarta parte de los casos era
la madre la que estaba preocupada. Curiosamente, todas las vulvas eran
perfectamente normales. Según el estudio, el problema es que "su visión de
lo que es normal y sexualmente deseable está siendo distorsionada por una
cultura moderna, que promueve una vulva minimalista y poco realista como ideal
de belleza genital".
La
imagen irreal de la vagina, la que se está promoviendo en las películas para
adultos, es una "donde los
labios menores que no se extienden más allá del margen de los labios mayores se
califican como buenos, mientras que los labios que sobresalen se perciben como
malos", continúa el texto. Y no hay una base clínica
que sostenga la armonía de estas medidas. De hecho, alrededor de la mitad de las vulvas del mundo tienen los labios
menores más grandes que los mayores, y eso no es un problema.
Lo
que sí es problemático es que las mujeres puedan confundir lo deseable con lo
normal, que en lo que a genitales femeninos se refiere adopta numerosas
morfologías, tan distintas como válidas. Según el trabajo australiano, el cine X "representa
imágenes modificadas digitalmente que retratan los genitales de las mujeres sin
la protuberancia de los labios menores", lo que
supone un sesgo en la realidad femenina.
Cuerpos
reales, vulvas reales
Las
vulvas se diferencian entre sí por muchos y muy distintos motivos, explica la
sexóloga Sonia Encinas. "El tamaño del clítoris y de los labios, la forma
que tienen, la textura, el color, el vello...", enumera. "Y los propios genitales cambian
constantemente porque hace frío o calor, según la fase del
ciclo menstrual, la ropa que llevemos, si estamos excitadas o acabamos de tener
un orgasmo, en función de la alimentación, de la edad", añade.
Las vaginas se distinguen por muchos motivos, y la misma vulva
atraviesa cambios que alteran su imagen
Para
ella, el fondo de la cuestión es que "nos han enseñado que nada en nuestro cuerpo es suficiente ni
está bien", continúa. A eso hay que sumar el
"tabú de la sexualidad femenina, la invisibilidad de nuestros genitales y
la culpa, la vergüenza que nos impide mirarnos ahí abajo", opina. Es
decir, que la falta de conocimiento también es un motivo de rechazo.
Desde
esta óptica, la solución no pasa tanto por abordar cada caso individual, y la
necesidad o no que tenga cada mujer de elegir libremente pasar por quirófano,
como por hacer "una labor de divulgación" para que al menos se
conozcan las vulvas reales que no salen en el porno. "Cada vez más mujeres
hacen ilustraciones de vulvas, fotografías mostrando cuerpos diversos…"como
parte de “una educación sexual que empodere a las mujeres para que recuperen su
autoestima sexual”.
Lo
que las mujeres necesitan saber es que no hay dos vaginas iguales, que la
anatomía íntima es tremendamente diversa. Luego podrán decidir y elegir
libremente cómo quieren o no quieren visualizar sus genitales.
LAIA FONT
24 DIC 2018 - 09:23 CET EL PAIS
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