Rocco Siffredi quiere dar clases de sexualidad en los colegios
La estrella del porno consigue miles de firmas en su petición 'online' para que se imparta educación sexual a los adolescentes italianos
El actor porno Rocco Siffredi
cree necesario que se aprenda educación sexual en las escuelas y, con motivo de
la celebración ayer de la jornada mundial del orgasmo, se ha ofrecido para dar
clases de sexualidad en los colegios de Italia. Siffredi entiende que la
sexualidad debería estudiarse de manera obligatoria y él mismo se ofrece para
atajar el problema y, a su vez, derribar un tabú y dar respuestas a los
adolescentes.
"El sexo es una cosa bellísima.
Yo aporto la imagen y la experiencia que tengo, ofrezco toda mi disponibilidad
para visitar las escuelas italianas y hacerme promotor en primera persona de
esta iniciativa", ha dicho el también director de películas porno a través
de una petición en la página Change.org que dirige al
Ministerio de Educación y que acumula más de 13.000 firmas. Petición que
también ha compartido en su perfil de Facebook.
"La pornografía debería ser
entretenimiento pero, a falta de alternativas, se ha convertido en un
instrumento de aprendizaje, sobre todo entre los jóvenes. ¿Os parece
normal?", pregunta, dirigiéndose también a la ministra, Stefania Giannini.
Siffredi echa en falta el diálogo y la apertura de mente sobre
sexualidad en Italia. "El sexo en Italia todavía es un tabú, muchos
jóvenes necesitan hablar, abrirse, ser escuchados y recibir respuestas",
añade el actor. Opina también que es un problema que muchos estudiantes
"tengan la necesidad de satisfacer su curiosidad y sus dudas pero no sepan
a quién dirigirse". Por ello critica que, a diferencia de otros países
europeos, en este país no sea obligatoria la educación sexual. "¿A qué
estamos esperando?", se pregunta. Por eso, se ofrece a ocuparse del asunto
y ha lanzado la etiqueta #cipensarocco
(se ocupa Rocco) en las redes sociales. Defiende que es un gran actor porno y
director de cine para adultos, protagonista de casi 2.000 películas como actor
y director de alrededor de 450.
"Desde que era joven, he querido dedicar mi vida al sexo", justifica. Ahora, quiere hacerlo también desde el ámbito educativo.
"Desde que era joven, he querido dedicar mi vida al sexo", justifica. Ahora, quiere hacerlo también desde el ámbito educativo.
Además, el italiano, de 51 años,
recuerda que hace su trabajo desde hace más de 30 años y goza de una "gran
experiencia" que puede ayudar a los jóvenes a abrirse, a hacer preguntas,
recibir respuestas y "recibir una formación sobre una de las cosas más
bellas e importantes de la vida". Una vida profesional por la que Siffredi
cree que podría ser ahora un buen enseñante. De hecho, si no se hubiera
dedicado al porno, le hubiera gustado ser psicólogo, sobre todo para comprender
a las mujeres. "Siempre he tenido la obsesión de entender, de conocer a
las mujeres", dijo en una entrevista a la edición italiana de Vanity Fair.
Una curiosidad que él mismo ha tenido y que le gustaría tratar con los
estudiantes
María Salas Oraá
Roma 23 DIC 2015 - 17:03 CET EL PAIS
El porno contra la
pedofilia
Dos actores de películas X protagonizan una campaña contra la pornografía
infantil en Bélgica
La organización, creada en 1988 por un grupo de padres cuyos hijos sufrieron
abusos, tenía claro que para alertar de este fenómeno no se podían utilizar las
imágenes que ellos mismos combaten, sino que era necesario crear “una
metáfora”. Así, la campaña consiste en una serie de carteles y vídeos
protagonizados por Siffredi y PussyKat en los que, con toda sobriedad, animan a
la población a “poner una equis sobre la pornografía infantil”.
En la práctica,
los responsables de Child Abuse esperan que esa equis se traduzca en una mayor
cooperación ciudadana para perseguir estos delitos por Internet. Así, han
habilitado un mecanismo en su página web (www.stopchildporno.be) para que los
internautas que puedan encontrarse “por azar” con este tipo de imágenes
presenten denuncias anónimas, algo que no es posible si se acude directamente a
la policía, explica Depover.
Aunque la
campaña se difundirá solo en Bélgica –al menos de momento-, el portavoz espera
un impacto más allá de las fronteras nacionales, pues los datos serán remitidos
a la policía, que a su vez coopera con los cuerpos de seguridad de otros
países. Esa colaboración ha permitido a Interpol, la mayor organización
internacional de policía, con 190 países asociados, identificar en dos años y
medio a 2.500 niños víctimas de abusos sexuales en 40 países, según Child
Abuse.
Solo el año
pasado, la organización recibió casi 1.500 avisos de casos presuntamente
relacionados con la pornografía infantil, lo que representa un aumento del 9%
respecto a las cifras del año anterior. Depover insiste en que la persecución
de estos casos no busca tanto identificar a consumidores y productores, sino
“sobre todo identificar y proteger a los niños”.
La campaña, que
se difundirá en carteles, medios de comunicación y probablemente en cines, ha
sido financiada en un 80% por la Comisión Europea. Tanto la agencia de
comunicación Grey Brussels como las estrellas del porno han colaborado de forma
desinteresada en su realización.
La mujer que hizo
actor a Rocco
La directora francesa Catherine Breillat relata su relación profesional con el
actor de cine X en el homenaje de Cinema Joven
Hace cuatro años llegó a las carteleras españolas
una película que se anunciaba como el debut de la estrella del porno
Rocco Siffredi en el cine convencional. Se titulaba Romance X y su
directora, Catherine Breillat (Bressuire, Francia, 1948), era poco menos que
una desconocida para el público español. Aquel filme, el único de Breillat que
ha visto la luz en nuestro país, confirmó a Rocco como un actor capaz de
afrontar papeles dramáticos, más allá del gimnástico ejercicio del cine X, o,
en palabras de la directora francesa "se convirtió en actor pues, como él
mismo dice, en el porno no se actúa, se hace el amor para
que los hombres se masturben, mientras que en la ficción se interpreta para que
la gente se pueda proyectar en los personajes que ve en la pantalla".
Pero la personalidad de Catherine Breillat abarca
mucho más que su encuentro con el semental italiano. Novelista precoz, Breillat
publicó a los 17 años una polémica novela, L'homme facile, que, irónicamente, fue
prohibida en Francia a los menores de 18 años, "lo que significaba que a
la propia autora se le prohibía leer su libro", según sus palabras. Poco
después tuvo una efímera carrera como actriz, cuyo principal hito fue un
pequeño papel en El último tango en París, de Bernardo
Bertolucci, "que fue la última película en la que la mujer aparecía sólo
como objeto de deseo", en su apreciación. Mas Breillat nunca pretendió ser
actriz, sino escritora y, sobre todo, directora de cine desde que, con 12 años
de edad, vio Viridiana, "la historia de una joven que vive en un
mundo de pureza pero que, en realidad, está atravesada por el deseo".
Tendrían que pasar 15 años hasta que consiguió financiación para dirigir Une vraie
jeune fille y otros 12 para que su trabajo fuera reconocido por la
crítica y el público, a partir del éxito de 36 fillette, su tercer filme, en los
festivales internacionales.
Desde entonces Breillat ha realizado un cine muy personal,
basado en retratos de mujeres y que, en su opinión, "es mucho menos acorde
con la moral dominante que el porno". Un cine que, pese a
contener en muchos casos sexo explícito, no asimila a la pornografía, sino a la
pornocracia, "un concepto que viene de los griegos y que consiste en que
la mujer ejerza el poder a través de su papel de cortesana, pero no en el
sentido de prostituta, sino en el de seductora". Con su obra, que oscila
entre la transgresión y una provocación que ella misma considera "inocente",
la directora francesa espera que las mujeres "se vean reflejadas" en
los personajes que crea.
Catherine Breillat fue la gran estrella de la
penúltima jornada de Cinema Jove, que ayer cerró su sección oficial con la
presentación de la película francesa Le dernier des immobiles, de Nicola
Sornaga, un interesante, aunque algo reiterativo, intento de hacer cine poético
a medio camino entre lo burlesco y lo sublime que se erigió como la propuesta
más arriesgada de una competición que hoy conocerá el filme que se adjudicará
la Lluna de València al mejor largometraje.
* Este articulo apareció en la
edición impresa del Sábado, 26 de junio de 2004
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