Las seguidillas y copla aquí recogidas, corresponden a autores anónimos (siglos XVI-XVII),
A Tendilla se parte
la niña bella
el galán no a Tendilla
sino a tendella.
¡Ay, Jesús que me mata!
¡Quítenme este hombre,
que huele a marido
toda la noche!
Divina Belisa,
niña de perlas,
déjame que te ensarte,
no te me pierdas.
Como ya no se usan
los virgos, madre,
uno que tenía
dile de balde.
Vete poco a poco,
Juan de mi alma,
que si soy tardona
la noche es larga.
Tiénelo tan ancho
la mi morena
que no sé si esta dentro
o si está fuera.
¡Ay que para arriba
y para abajo
hacen su efecto
el coño y el carajo!
¡Agua, dadle agua,
quel fuego está en la fragua!
Estábase la moza
despaldas en el lecho
las piernas abiertas,
y, mirando al techo,
dice con despecho:
“Agua, balde agua,
quel fuego está en la fragua!”
...Toda se comía
en grande manera,
quel dedo metía
por la hurgonera.
Llorando decía
con voz lastimera:
“¡Agua, balde agua,
quel fuego está en la fragua!”
Hácese pedazos,
toda se desuella;
quería los brazos
meter por la mella,
dando esta querella:
“¡Agua, dadle agua,
quel fuego está en la fragua!”...
Todas las ilustraciones son de Agostino Carracci (1557-1602)
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