La Suite
Vollard es un conjunto de 100 grabados en estilo
neoclásico del artista español Pablo Picasso,
producida a partir de 1930-37. Llamada así por el marchante de arte que los
encargó, Ambroise Vollard (1866-1939), la suite se
encuentra en diversos museos, y los grabados de la suite son piezas de
colección. Más de 300 conjuntos fueron impresos, pero muchos fueron disgregados
y las impresiones se vendieron por separado.
domingo, 25 de noviembre de 2018
El libro del voyeur de Pablo Gallo - R. Pérez Barredo
El pintor de origen burgalés Pablo Gallo publica en Ediciones
del Viento un libro con 69 dibujos acompañados por textos de consagrados
escritores
Quizás por imitación, puesto que su padre pintaba, empezó él a
garabatear papeles casi antes de aprender a andar. Ahora, 35 años después, vive
de su arte. Lo cual es decir mucho en los tiempos que corren. Lleva quince años
exponiendo su obra y han sido numerosos los premios que en este tiempo ha
conseguido. La editorial Ediciones
del Viento publica El libro de voyeur, una obra compuesta por 69 dibujos suyos
acompañados por otros tantos relatos de escritores de primera fila, tal es el
caso de Andrés Neuman (reciente Premio Alfaguara) o el burgalés Óscar
Esquivias.
domingo, 18 de noviembre de 2018
Amor entre ruinas - Alí Chumacero
"Como un incendio al aire desatado
o una flor suspensa sobre el agua,
en lenta conjunción
nuestros desnudos abren el cauce del deseo
desbordándose en alas y gemidos de silencioso aroma;
encienden sobre el tacto un suave mar que inunda
con sus trémulas olas palpitando
a través de la piel, acumuladas
bajo el húmedo aliento de los labios
y este duro anegarse en humo o en temblor
surgido desde el sueño, como eterna marea que consume
el herido temor donde flotamos.
Cerca mi cuerpo al tuyo dolorido,
cíngulo ardiente que a tu carne ciñe
volcándola hacia el vuelo de mi mano
al tacto deslizada,
ola, caricia o llama
sobre el silencio de tu piel,
en esta soledad de nuestro lecho. "
Las hazañas de un joven don Juan - Guillaume Apollinaire
"Las hazañas de un joven don Juan", de Apollinaire, es
una de las obras en las que el erotismo y la ironía se unen con más asombrosos
resultados. Maligno, lúbrico, casi demoniaco, Apollinaire juega con los
instintos del lector, calienta su imaginación y le hace dudar si en verdad es
erotismo lo que se le ofrece o es un infame juego de espejos deformantes que
pretende mostrar al lector desprevenido sus más ocultas perversiones.
Apollinaire nos cuenta la historia de Roger, el hijo de un matrimonio de la
alta burguesía francesa, que se marcha de vacaciones a su castillo en el campo,
con su madre, su tía y dos de sus hermanas; fornicará —salvo con su madre— con
todas las mujeres de su familia y con casi todas las del servicio. Por delante,
por detrás, por arriba y por abajo. “Las hazañas de un joven don Juan” es un
pequeño catálogo de perversiones y pecados; incluso viola el secreto de
confesión al escuchar las revelaciones íntimas que todas las mujeres del
castillo hacen al cura, incluyendo la confesión de las perversiones sexuales de
su padre, que le complacen extremadamente. Hay sodomía, felaciones,
homosexualidad entre mujeres, estupro, incesto, lamidas de ano, olores de
excrementos que le excitan... Es todo un inventario de depravaciones que más
bien parece escrito para ironizar sobre la literatura pornográfica y sobre los
vicios de la sociedad francesa
sábado, 17 de noviembre de 2018
Eres hermosa - Getzemaní González Castro
Eres
hermosa como la última luz del atardecer, la que presagia inverosímiles
rituales de carne y amor, vórtices de poemas con aristas perpetuas, música y
arte y movimiento. Te imagino bailando, moviendo tus caderas suavemente como
las olas del mar. Te imagino hincada, con mi verga dentro de tu boca, eclipsando
las lágrimas, las estrellas y la vida. Eres hermosa como todo lo prohibido, me
deleito en tu alma que quiero tocar con mis palabras, en tus pezones erectos,
te imagino excitada, cabalgándome, rompiendo los relámpagos, las tardes, las
nubes, el sol. Cogemos como rompiendo el universo en mil pedazos. Acaricio tus
tacones, meto mis dedos en tu boca, encendemos los cigarros, dejamos correr el
vino y descorremos las cortinas. El mundo es nuestro, esta tarde.
Mi alumna nínfula - Getzemaní González Castro
Si me hice profesor de preparatoria
privada, no fue por el salario ni por la vocación; ambas cosas están lejos de
lo que un espíritu ambicioso como el mío necesita y merece. El impulso que me
llevo a meter mi curriculum fue uno primitivo y si usted quiere hasta vulgar.
Lo supe en uno de esos tantos desfiles que se hacen en honor a la primavera en
la ciudad de Cuernavaca y entonces vi las bastoneras y las porristas de la
escuela en donde actualmente laboro. Esa es mi confesión: me metí de profesor
para poder deleitarme con la visión de las nínfulas todos los días, su sonrisa
pícara e inocente, el extrovertido agitarse de sus pequeñas falditas. A mí me
pareció que esas piernas desnudas y tersas y esos pequeños pechitos que se
agitaban en maniobras inverosímiles eran el verdadero canto, un canto vitalista
y solar, a la Primavera. Canto a garganta abierta por la vida, en el erotismo
secular de las nínfulas, en sus caras lisas y cabellos largos se desbordaba la
verdadera magia profana de la Primavera, esa magia que nos remite a antiguos
rituales de apareamiento, a excesos orgiásticos celebrados tanto en Grecia como
en Roma.
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