sábado, 18 de mayo de 2019

Las luces y sombras de las 5 posturas más populares en la cama - Mayte Martínez Guerrero



"Postureo" puro y duro: toda la verdad y datos curiosos que quizás no sabía

11. Misionero Los seres humanos son los únicos que practican esta postura en la que el hombre penetra teniendo a la mujer debajo. Es una manera más cercana de empezar el acto por la complicidad de la unión cara a cara. Quizá lo peor de esta postura sea su nombre (fueron los misioneros quienes se la enseñaron a los nativos de Samoa con finalidad meramente reproductiva). En ella los hombres tienen el control y les facilita llegar al orgasmo, aunque a veces puede darles la sensación de que son los que hacen todo el trabajo. ¿Es la postura más recomendada para lograr el embarazo? De acuerdo con Amy Levine, educadora sexual con master en Sexualidad humana por la Universidad de Nueva York, "poner una almohada debajo de la espalda de la mujer ayuda a elevar la pelvis, lo que facilita que los espermas se muevan a través del cuello uterino y que viajen hasta el óvulo para fecundarlo”. Sin embargo el doctor Fernando Salas, médico andrólogo de Mensolution, asegura que "todo lo que existe es pura especulación y creencias populares sin fundamento científico ni estadístico. 



Ningún estudio ha demostrado realmente que determinada postura facilite la fecundación. Cualquiera es buena". Vicente Palau, terapeuta e instructor de Kung Fu sexual en Body Language, atribuye a lo de la almohada una función meramente sexual, porque así "podemos elevar la pelvis y cambiar el ángulo de penetración lo que permite la estimulación del punto G de la mujer y, al hombre, controlar el ritmo y la intensidad". Rosario Castaño, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios de Madrid dice que esta postura está bien "al principio de la relación porque ayuda a crear más intimidad; sin embargo, después de un parto, aunque no tiene por qué rechazarse, no es la preferida: la penetración se suele sentir con menos intensidad". Por otra parte, "a partir de los 45 a 50 años, la calidad de la erección disminuye y la capacidad de lubricación también, así que se siente menos en esta postura".



22. Perrito "Él se siente más poderoso y libre con respecto a la pareja", nos dice Rosario: "Es una postura que suele gustarle mucho porque le acerca más a la parte salvaje y animal de la sexualidad. Lo mismo le pasa a ella, en cuanto a sentirse más cerca de sus instintos, aunque no todas las mujeres la toleran". A ellos les suele gustar la vista de la espalda, el sonido, la visión del acto en el que ellos llevan las riendas, el acceso a los senos de ella si se inclinan hacia delante, controlar el ritmo y el ángulo... Para la mujer también suele ser placentera debido a que permite una excelente estimulación de las paredes frontales de la vagina. "Al tener el dominio de los glúteos de ella, esta postura se convierte en la favorita de los hombres, brindando una sensación visual exquisita", expone Fernando Salas. "La mujer se siente deseada con pasión y objeto de deseo intenso. La penetración suele ser profunda, y aunque el clítoris no se toque, el punto G puede ser masajeado con fuerza", concluye. Para Vicente Lumea, esta postura "aumenta el placer de ambos si ella se arquea bajando la espalda y levantando el trasero, ya que permite una penetración mas dirigida al punto G. Podemos experimentar nuevas sensaciones si el hombre gira sus caderas al penetrar de modo que estimula distintas zonas de la vagina, multiplicando el placer. Si la mujer baja los hombros puede liberar una o las dos manos para estimular el clítoris al mismo tiempo", asegura. Quizás no sea la elección más común para una noche romántica pero parece ser la postura más indicada para evitar los dolores de espalda del hombre, según la conclusión a la que llegó un equipo de científicos de la Universidad de Waterloo (EE UU).


33. Frente a frente "Él siente la presión de la vagina y las piernas lo que produce mucha más excitación. A ella le suele gustar si tiene muy buena musculatura vaginal y la sabe ejercitar, y si tiene confianza en sí misma y en la pareja", dice la sexóloga y psicóloga Rosario Castaño. La libertad de manos de ellos, les permite acariciar cualquier zona de ellas. Aunque no siempre alcanzan el orgasmo en esta posición, a los hombres les gusta la seguridad que ellas demuestran, totalmente expuestas a su vista, con movimientos fuertes... Pero parece ser que esta postura tiene un serio riesgo: la fractura de pene. Un equipo de científicos de la Escuela Médica de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil) examinó los casos de 44 hombres que presentaron, en un período de 13 años, fractura en el pene. Publicado en la revista Advances in Urology, concluyeron que la postura en la que la mujer está encima del hombre, es la más peligrosa, la responsable de la mitad de todas las fracturas de pene objeto del estudio. El motivo parece ser que al estar la mujer encima del hombre, este es incapaz de saber si se está tratando de una penetración equivocada puesto que el daño que provoca en la mujer es casi imperceptible. Fernando Salas opina que esta postura es más emocional que sexual. "Aunque la penetración es profunda, él disfruta menos y ella, al ser rostro a rostro, consigue esa armonía del encuentro, el clítoris se ve estimulado de manera permanente con lo que logra placer intenso". Pero Vicente Lumea sí cree que se experimente placer sexual: "Tenemos contacto visual directo y manos libres para jugar y estimularnos, la mujer tiene 'ventaja' y puede controlar el ritmo y la profundidad de la penetración. Si ella está en forma puede elevarse y, en cuclillas, subir y bajar en vertical sobre el pene lo que aumentará mucho el placer de él y se obtendrá una penetración profunda. El número de repeticiones depende de ella, si se cansa puede alternar con la postura inicial, apoyada sobre él".


44. De espaldas Combina la vista del perrito con la profundidad y la emoción de la mujer cabalgando. El hombre está acostado boca arriba y ella sentada encima dándole la espalda, por lo que él tiene una visión directa de sus glúteos, "magnífica vista y excitación al límite, manos libres para acariciar los glúteos y contemplar el movimiento de su pareja y su pene entrando y saliendo del orificio del placer. Ella, penetrada en profundidad, consigue máxima lubricación y el deseo intenso de cabalgar a su hombre hasta quedar sin aliento", describe Fernando Salas. Cuando hay un poco de inseguridad por cuestión de peso u otros factores, las posiciones donde ellas se encuentran arriba son las mejores para olvidarse de ello. Debby Herbenick, directora asociada del Centro para la promoción de la salud de la Universidad de Indiana, explica que con estas posiciones se fomenta la confianza y ayuda físicamente a las mujeres a tener el control. Pero no siempre son las más placenteras, como comenta Rosario Castaño: "A él le suele gustar porque se queda más libre de prejuicios y más conectado consigo mismo pero pierde conexión emocional con la pareja. Ella puede sentir con mucha intensidad o mucho dolor dependiendo de la longitud del pene y de la elasticidad de las paredes de la vagina".


55. La cuchara Esta postura, suave y dulce, "se define tradicionalmente como muestra de cariño e intimidad. Es muy recomendable para comenzar el día, cuando todavía estamos medio dormidos, para ir despertando placenteramente. Los cuerpos están pegados, la espalda de ella con el pecho de él. Podemos alejar la parte superior del cuerpo manteniendo la penetración para cambiar el ángulo y hacerla más rítmica y potente. Si ella está embarazada hace el sexo muy cómodo", asegura Vicente. Tiene fácil acceso al clítoris y "está muy indicada en caso de vaginismo —contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico—, para intentar la penetración por primera vez, y de dispareunia —dolor durante las relaciones— por falta de lubricación, problemas de caderas o dificultades para relajar toda la zona pélvica. Requiere confianza y conexión con la pareja", puntualiza Rosario Castaño. Pero no es apta para todos los públicos. 

"Es necesario tener un miembro algo grande para penetrar en profundidad, y la mujer deberá tener glúteos y muslos delgados, de lo contrario, la excitación máxima será insuficiente", asegura Fernando Salas. Y en contra de lo que pudiera parecer, la postura de la cuchara ha resultado no ser la más adecuada para practicar sexo, según el estudio de la Universidad de Waterloo mencionado previamente. En el experimento, con 10 parejas practicando las cinco posturas más comunes, se hacía un seguimiento, mediante sistemas de captura de movimientos infrarrojos y electromagnéticos, de la columna del hombre durante la relación sexual con objeto de averiguar cuáles son las mejores posturas para practicar sexo sin que la espalda sufra en tan pasional momento (la segunda parte del infore estará dedicada a las mujeres). "Hay posturas que producen más dolor", explica Rosario Castaño. "Si no hay suficiente relajación o excitación por parte de la mujer, el misionero o ella encima de él pueden producir molestias. Depende de cada persona, y en esto influye cómo está posicionado el utero, la longitud del canal vaginal o el tamaño y grosor del pene… El problema se puede producir porque el pene topa con la base del útero creando movimientos que producen sensaciones desagradables". 

MAYTE MARTÍNEZ GUERRERO

28 AGO 2017 - 08:54 CEST EL PAIS

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