“Perretta asusta al demonio”, grabado de Charles Eisen
para el cuento “El diablo de la Isla Papa-Fig” de Jean de la Fontaine
En las redes sociales venezolanas
circuló un video grabado en el cayo Los Juanes, Morrocoy. El registro
audiovisual muestra a una multitud rodeando la popa de un yate donde bailan varios
vacacionistas, entre quienes se ubica una mujer que, al ritmo del ya pasado de
moda “Gangnam Style”, comenzó a desnudarse y asumir poses explícitas,
incluyendo movimientos que involucran a un hombre también desnudo, con claras
connotaciones sexuales. Todo esto sucede a plena luz del día y en presencia de
niños y adolescentes, suscitando una ola de reproches y críticas en la
comunidad virtual venezolana.
El
exhibicionismo ha estado ligado a ambientes de soltura moral desde los antiguos
bacanales griegos hasta la avalancha de senos y camisetas mojadas en el eterno
Mardi Gras de Girls Gone Wild. Exhibir
públicamente partes privadas del cuerpo ha sido un acto de disrupción social y
que ha llamado la atención de la psiquiatría, las ciencias sociales y el arte,
contando con más aristas de las que puede pensarse en principio.
Fue
por primera vez designado como desorden sexual en 1877 por el médico psiquiatra Charles Lasègue (que también realizó los primeros
diagnósticos de anorexia). El exhibicionismo es designado por el Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorderscomo un desorden psicológico que consiste en mostrar
las partes privadas a extraños, generalmente sin intención alguna de que culmine en un
acto sexual con el otro. Son diversas y específicas las fuentes del placer para
el exhibicionista, que puede generarse de la reacción del espectador o de la
ilusión de un encuentro sexual con dicho extraño.
Es
un comportamiento perteneciente a la sub-categoría de las parafilias
(del griego παρά, pará: ‘al
margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’),
denominación psiquiátrica de aquellos patrones de conducta sexuales que buscan
placer en actividades paralelas al coito convencional: otras parafilias
conocidas son el voyeurismo, el fetichismo y la pedofilia. Además de la mera
exposición de partes privadas —que no incluye el contacto directo con otro—,
también se catalogan a los actos sexuales en público como exhibicionismo.
El
exhibicionismo cuenta con diversas formas de manifestarse, muchas de ellas ya
inscritas en nuestro imaginario cultural: está el streakingo correr desnudo en un lugar público,
comúnmente visto en eventos deportivos y valorado por el shock que emite; mooning, que es
exhibir el trasero a un extraño o grupo en particular (en los hombres suele ser
a modo de broma, mientras que las mujeres buscan la excitación sexual del
observador); y flashing, que es el rápido descubrimiento de los
senos, acción ya cliché de
escenas de fiestas universitarias en el cine. Y, por supuesto, el dogging o
cancaneo, que remite al sexo en público.
Estos
y otros tipos de exhibición sexual son diferenciados con mayor importancia en
relación al daño que ocasionan a la paz mental del espectador. Esto está regido
tanto por convenciones sociales como legales. No suele perseguirse actos de
exhibicionismo en instancias como reuniones sociales privadas, organizaciones
que lo incorporan como actividad social (clubes de nudistas, resorts
naturistas) o en áreas públicas donde se desarrolla un suceso usualmente
vinculado a la desnudez de los participantes; hacer flashing o mooning es un hábito socialmente aceptado de
parte de chicas y chicos respectivamente, usualmente en el contexto de fiestas
y concursos de bikini de “Spring Break” o Mardi Gras.
Aunque
no es legalmente punible en todos los países, la exposición indecente recibe una variante de penas y
castigos a nivel mundial, que van desde una multa o corto período en prisión –
como Inglaterra – hasta usar golpes y azotes como represalias físicas por
violar códigos de vestimenta en países regidos por ley islámica. El momento en
que este tipo de exposiciones pueden suscitar una persecución penal es cuando
genera malestar en la paz mental de un individuo o colectivo, perturbando el
orden público y yendo intencionalmente en contra de los estándares morales de
la sociedad.
Como ven, el exhibicionismo sexual
tiene muchas aproximaciones y tópicos de interés, y sucesos como el ocurrido en
Los Juanes siempre darán tema de conversación, desde diferentes puntos de vista.
Por Prodavinci | 2 de Abril, 2013
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