martes, 2 de octubre de 2018

Los Juanes y el exhibicionismo sexual - Prodavinci.com


“Perretta asusta al demonio”, grabado de Charles Eisen para el cuento “El diablo de la Isla Papa-Fig” de Jean de la Fontaine
En las redes sociales venezolanas circuló un video grabado en el cayo Los Juanes, Morrocoy. El registro audiovisual muestra a una multitud rodeando la popa de un yate donde bailan varios vacacionistas, entre quienes se ubica una mujer que, al ritmo del ya pasado de moda “Gangnam Style”, comenzó a desnudarse y asumir poses explícitas, incluyendo movimientos que involucran a un hombre también desnudo, con claras connotaciones sexuales. Todo esto sucede a plena luz del día y en presencia de niños y adolescentes, suscitando una ola de reproches y críticas en la comunidad virtual venezolana.

El exhibicionismo ha estado ligado a ambientes de soltura moral desde los antiguos bacanales griegos hasta la avalancha de senos y camisetas mojadas en el eterno Mardi Gras de Girls Gone Wild. Exhibir públicamente partes privadas del cuerpo ha sido un acto de disrupción social y que ha llamado la atención de la psiquiatría, las ciencias sociales y el arte, contando con más aristas de las que puede pensarse en principio.

Fue por primera vez designado como desorden sexual en 1877 por el médico psiquiatra Charles Lasègue (que también realizó los primeros diagnósticos de anorexia). El exhibicionismo es designado por el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorderscomo un desorden psicológico que consiste en mostrar las partes privadas a extraños, generalmente sin intención alguna de que culmine en un acto sexual con el otro. Son diversas y específicas las fuentes del placer para el exhibicionista, que puede generarse de la reacción del espectador o de la ilusión de un encuentro sexual con dicho extraño.

Es un comportamiento perteneciente a la sub-categoría de las parafilias (del griego παρά, pará: ‘al margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’), denominación psiquiátrica de aquellos patrones de conducta sexuales que buscan placer en actividades paralelas al coito convencional: otras parafilias conocidas son el voyeurismo, el fetichismo y la pedofilia. Además de la mera exposición de partes privadas —que no incluye el contacto directo con otro—, también se catalogan a los actos sexuales en público como exhibicionismo.

El exhibicionismo cuenta con diversas formas de manifestarse, muchas de ellas ya inscritas en nuestro imaginario cultural: está el streakingo correr desnudo en un lugar público, comúnmente visto en eventos deportivos y valorado por el shock que emite; mooning, que es exhibir el trasero a un extraño o grupo en particular (en los hombres suele ser a modo de broma, mientras que las mujeres buscan la excitación sexual del observador); y flashing, que es el rápido descubrimiento de los senos, acción ya cliché de escenas de fiestas universitarias en el cine. Y, por supuesto, el dogging o cancaneo, que remite al sexo en público.

Estos y otros tipos de exhibición sexual son diferenciados con mayor importancia en relación al daño que ocasionan a la paz mental del espectador. Esto está regido tanto por convenciones sociales como legales. No suele perseguirse actos de exhibicionismo en instancias como reuniones sociales privadas, organizaciones que lo incorporan como actividad social (clubes de nudistas, resorts naturistas) o en áreas públicas donde se desarrolla un suceso usualmente vinculado a la desnudez de los participantes; hacer flashing o mooning es un hábito socialmente aceptado de parte de chicas y chicos respectivamente, usualmente en el contexto de fiestas y concursos de bikini de “Spring Break” o Mardi Gras.

Aunque no es legalmente punible en todos los países, la exposición indecente recibe una variante de penas y castigos a nivel mundial, que van desde una multa o corto período en prisión – como Inglaterra – hasta usar golpes y azotes como represalias físicas por violar códigos de vestimenta en países regidos por ley islámica. El momento en que este tipo de exposiciones pueden suscitar una persecución penal es cuando genera malestar en la paz mental de un individuo o colectivo, perturbando el orden público y yendo intencionalmente en contra de los estándares morales de la sociedad.

Como ven, el exhibicionismo sexual tiene muchas aproximaciones y tópicos de interés, y sucesos como el ocurrido en Los Juanes siempre darán tema de conversación, desde diferentes puntos de vista.
Por Prodavinci | 2 de Abril, 2013

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