El relato mítico del origen de los dioses, el cosmos y
los hombres, es siempre bisexual entre las grandes culturas amerindianas y no exclusivamente
patriarcal como entre los semitas, por ejemplo (Enrique Dussel)
Escribo desde el fin del
mundo, desde el agujero donde se aloja el behind the scenes de
la civilización occidental, habitado por sirenas y perras bicéfalas, por
caníbales y sodomitas de piel oscura, por mujeres que se
cortaron los senos y por hombres lactantes. No tenemos acceso a sus nombres.
Escribo en la única lengua que siento propia y con ella dibujo un mapa para
recorrer mi cuerpo, que no es blanco, ni de medusa, ni de amazona; un cuerpo
que no es fálico, ni caníbal, ni conquistador, ni conquistado, y es también
todos los anteriores.
LA PORNO
JUNGLA
El año en que nací se
estrenaba Holocausto Caníbal, una película que batió el record
mundial de censura hasta la fecha. Sangre, sexo e hiperrealidad en
low-definition, la película narra la historia de 4 cineastas italianos que
vienen a América para realizar un documental sobre las comunidades indígenas en
el Amazonas. La ficción documental que aparece dentro de la película se encarga
de revivir los viejos mitos europeos con los que los navegantes y conquistadores
se encontraron al llegar al “Nuevo Mundo”: canibalismo, amazonas,
sexualidad desenfrenada, brutalidad y salvajismo primitivo.
En hora y media asistimos
al descuartizamiento de cuerpos indígenas, empalamientos, incendios de aldeas,
asesinato de animales entre otras escenas sangrientas, que sitúan a la película
en un limbo entre lo gore y lo snuff. Los personajes de los documentalistas,
desarrollo del ego conquiro1, parecieran
no tener límite alguno para saciar su apetito representador. Su vocación
documental utiliza la violencia extrema como disparador de las imágenes que
luego van a grabar con el fin de presentar un material edgy en
la televisión europea. El símil entre los jóvenes documentalistas y los viejos
conquistadores parece narrar el desarrollo de una misma voracidad por dominar
lo que se construye como el otro.
Minuto 57. Mientras dos de
los documentalistas violan a una mujer Yacumo, otro de ellos dice: -“no filmes,
no es una película porno, idiota” –“no sería mala idea, la porno jungla”,
responde el hombre de la cámara. La discusión entre lo que se puede y lo que no
se puede mostrar tiene lugar por primera y única vez en la ficción documental
durante esta escena.
Si consideramos la
película como una prolongación cinematográfica de la lógica de la conquista,
esta escena, nos abre varias preguntas; ¿cómo se relacionan pornografía y
colonialidad? Tanto las películas Gore como las porno están dentro de ese tipo
de imágenes en movimiento que provocan reacciones involuntarias en el cuerpo
del espectador, nauseas o excitación, por ejemplo. ¿Cómo se relacionan
pornografía y colonialidad? ¿Cuáles son las diferencias entre pornografía y
documental etnográfico como géneros cinematográficos? ¿Qué lugar jugaron las
representaciones de la sexualidad indígena en las narrativas coloniales? ¿Los
imaginarios sexuales sobre los indígenas pueden ser considerados como parte de
los mitos fundacionales de la modernidad?
Holocausto
Caníbal, nos ubica temporalmente
dentro de las producciones cinematográficas realizadas durante lo que Beatriz
Preciado llama la era del Capitalismo Farmacopornográfico que se caracteriza
por poner la gestión política y técnica del sexo y la sexualidad en el centro
de la acumulación capitalista, (Preciado, 2008). Preciado muestra cómo el sexo
se ha convertido en la materia prima de la tercera fase del capitalismo,
proponiendo denominar esta tercera fase como La era farmacopornográfica por la
referencia a los “procesos de gobierno biomolecular (Farmaco) y
semiótico-técnicos (-porno) de la subjetividad sexual (Preciado, 2008, p. 32) y
nos dice también que podemos rastrear sus orígenes al inicio de la modernidad, que
si tomamos por cierta la tesis de Dussel, empieza en 1492.
Con las imágenes del
Holocausto Caníbal mordiéndome las neuronas y corroyendo mi ubicación temporal,
propongo revisar las representaciones de la sexualidad indígena durante la
conquista y posterior colonización de América como mitos fundacionales de la
modernidad y por lo tanto también de esa tercera fase del capitalismo. Sodomía,
lubricidad, cambio de roles, cuerpos desnudos, tetas erguidas, sífilis, ritos
exóticos, canibalismo, lujuria, bebida en exceso, adoración al diablo,
prácticas contranatura, son algunas de las características con los
que se describe a los habitantes del Abya Yala. Las representaciones corporales
del indígena en clave de salvajismo sexual, van a ser fundamentales para representar
a las nacientes naciones europeas como castas, católicas y civilizadas.
BACK Y
FORWARD, NORTE Y SUR.
Si bien la modernidad
suele entenderse como un fenómeno intraeuropeo que resulta de las
transformaciones económicas de finales de la edad media, Dussel nos va a
proponer una versión distinta: no existe modernidad sin colonialidad. Los
procesos tanto de “descubrimiento” como de conquista y colonización, van a ser
constitutivos (y no simplemente anecdóticos) de esa nueva formación planetaria
(Dussel, 1992). El pensador argentino nos propone una fecha concreta para situar
el inicio de la modernidad: el 12 de Octubre de 1492.
«La modernidad no es un
fenómeno que pueda predicarse desde Europa considerada como un sistema independiente,
sino de una Europa concebida como centro. Esta sencilla hipótesis transforma
por completo el concepto de modernidad, su origen, desarrollo y crisis
contemporánea y, por consiguiente, también el contenido de la modernidad tardía
o posmodernidad. De manera adicional quisiera presentar una tesis que califica
la anterior: la centralidad de Europa en el sistema-mundo no es fruto de una
superioridad interna acumulada durante el medioevo europeo sobre y en contra de
las otras culturas. Se trata, en cambio, de un efecto fundamental del simple
hecho del descubrimiento, conquista, colonización e integración (subsunción) de
Amerindia. Este simple hecho dará a Europa la ventaja comparativa determinante
sobre el mundo otomano-islámico, India y China. La modernidad es el resultado
de estos eventos, no su causa. Por consiguiente, es la administración de
la centralidad del sistema-mundo lo que permitirá a Europa transformarse en
algo así como la «conciencia reflexiva» (la filosofía moderna) de la historia
mundial... Aún el capitalismo es el resultado y no la causa de esta conjunción
entre la planetarización europea y la centralización del sistema mundial»
(Dussel,1999:148-149).
La construcción de Europa
como central, no se daría solo en términos económicos, sino también en términos
culturales, sexuales y epistemológicos. Así la retórica de la civilidad europea
se construyó en oposición al salvajismo Americano y Africano. Lo no europeo, se
representa como un bárbaro sexual de libido animal, como un cuerpo desnudo
frente al cuerpo conquistador vestido, como un objeto de estudio frente al que
lo describe.
PROTO-PORNOGRAFÍA
COLONIAL.
Para los comienzos del
siglo XVI las imágenes y descripciones de cuerpos desnudos y de sexo explícito,
que eran poco comunes en Europa, aparecían frecuentemente en las Crónicas de
Indias.
Ilustración de
Theodor de Bry, de cómo Balboa echa a varios indios culpables de sodomía a los
perros, para que estos los dilacrasen.
Estos relatos, tanto
escritos como visuales, se permiten una descripción detallada de cuerpos
humanos y no humanos, naturaleza y costumbres, pues, en teoría tenían como fin,
crear una imagen lo más exacta posible de lo que se encontraba en el “Nuevo
Mundo”, una especie de brazo poético del ejercito conquistador. Uno de los
temas más recurrentes en las crónicas de Indias, es la desnudez de sus
habitantes. “La oposición entre vestido y desnudo permite articular la
diferencia entre civilizado y salvaje, humano y animal, que hace de la
privacidad y la ropa un privilegio de las sociedades occidentales…”2.
Esta reiteración no es casual, en la construcción de mundo que se estaba
produciendo, no sería posible imaginar a Europa como La Civilización, sin
antes, construir a lxs habitantes de los territorios a conquistar como
corporalidades otras, el zoom a estas sexualidades supuestamente exuberantes y
raras, se sitúa en esta lógica de poder. Sin embargo, la ética del conquistador
no piensa la dominación solamente en términos territoriales o económicos, la
dominación es también corporal y sexual, Emanuel Amodio dice que la
poética de la sexualidad indígena no siempre cumplía la función para la que
supuestamente estaba destinada : “la iconografía americana ocupó un lugar en el
circuito icónico destinado a la mirada "erótica" de los
estamentos acaudalados de la sociedad europea, italiana sobre todo, del siglo
XVI”.3 Cumpliendo
a la vez con el ánimo de descripción del territorio y la población a colonizar
y con la taréa de seducir a los posibles hombres conquistadores que debían
cumplir esa misión, la conquista y el genocidio se narraban en términos
proto-pornográficos:
“siendo sus mujeres
lujuriosas hacen hinchar los miembros de sus maridos de tal modo que parecen
deformes y brutales y esto con un cierto artificio suyo y la mordedura de
ciertos animales venenosos; y por causa de esto muchos de ellos lo pierden y
quedan eunucos.”4
“Las mujeres (…) aunque
andan desnudas y son libidinosas, no tienen nada defectuoso en sus cuerpos,
hermosos y limpios (…). Una cosa nos ha parecido milagrosa, que entre ellas
ninguna tuviera las tetas caídas, y las que habían parido, por la forma del vientre
y la estrechura, no se diferenciaban en nada de las vírgenes, y en las otras
partes del cuerpo parecían lo mismo (…)”5
“Mientras estaba en la
barca, hice cautiva a una hermosísima mujer caribe, que el susodicho Almirante
me regaló, y después que la hube llevado a mi camarote, y estando ella desnuda
según es su costumbre, sentí deseos de holgar con ella. Quise cumplir mi deseo
pero ella no lo consintió y me dió tal trato con sus uñas que hubiera preferido
no haber empezado nunca. Pero al ver esto (y para contártelo todo hasta el
final), tomé una cuerda y le di de azotes, después de los cuales echó grandes
gritos, tales que no hubieras podido creer tus oídos. Finalmente llegamos a
estar tan de acuerdo que puedo decirte que parecía haber sido criada en una
escuela de putas”.33
Chicas lascivas, tetas
erguidas, vaginas estrechas, cuerpos de mármol oscuro, escuelas de putas,
mujeres siempre listas para “solenizar venereas fiestas” las descripciones de
las indígenas no tienen desperdicio. Los conquistadores aunque castos y
cristianos se sienten más que invitados, obligados a narrar con detalle las
festividades en las que tomaron parte.
De acuerdo con Anne
MacClintock, “Mucho antes de la era del imperialismo Victoriano, África y las
Américas se habían convertido en algo que podríamos llamar porno-trópico para
la imaginación Europea, una fantástica linterna mágica de la mente, en la que
los europeos proyectaban sus miedos y sus deseos sexuales reprimidos.”6
La representación de
América como paraíso porno-tropical, es un elemento clave para entender la
conquista. El mito de la mujer amerindia como lasciva y el hombre amerindio
como poco viril, eunuco, o sodomita, hace de la figura del conquistador un
sujeto necesario para completar el desventurado triángulo. La misma conquista
es una metáfora sexual donde el hombre civilizado se toma por
la fuerza un territorio que considera virgen. Así como la
leyenda de El Dorado atraía a nuevos jóvenes ávidos de metal a las Américas,
una especie de leyenda sexual, atraía jóvenes ávidos de cumplir sus fantasías
negadas en Europa, el surplus de la explotación sexual.
La imagen, se convirtió en
una herramienta fundamental de esta proyección sexo-colonial. MacClintock
describe cómo en las pinturas alegóricas del siglo XVI América y África se
representan con mujeres desnudas, mientras que Asia y Europa, con mujeres
vestidas. En estas metáforas el conquistador no solo debe poseer el cuerpo de
las mujeres amerindias y africanas, sino que es por medio de la subyugación de
sus cuerpos, que llegará conquistar también el territorio. El grabado América de Jan
Van der Straet condensa el carácter sexual del proceso de dominación de
los cuerpos indígenas. María Lugones describe cómo en éste grabado “la mujer
indígena extiende una mano atrayente que insinúa sexo y sumisión… Vespucio, en
una entrada casi divina, tiene como destino inseminarla con sus semillas
masculinas de civilización, fecundar el páramo y reprimir las escenas rituales
de canibalismo que se retratan como fondo de imagen… Los caníbales parecen
mujeres y están asando una pierna humana haciéndola girar mientras está
suspendida en un artefacto que la atraviesa”.7
No es casual que la
alegoría de América, retome a la figura de Vespucio, el mismo que con su pluma
dejó en evidencia la relación atracción/repulsión que le producían las mujeres
indígenas, atracción sexual, repulsión a su cultura y a sus costumbres,
Vespucio es el macho dominador que siente que la violencia que ejerce es un
proceso civilizatorio. El proceso de conquista y colonización de América
funcionaron como dispositivos de subjetivación.Jan Van der Straet. Imágen
de Américo Vespucio con alegoría de América. Obra de finales de los años 1570.
La subjetividad dominadora
(el ego conquiro) que se construye durante la conquista , es además un ego
fálico8 (Dussel),
que reafirma su posición de superioridad mediante la inferiorización de los
hombres indígenas y la seducción o violación de las mujeres amerindias. La
conquista de América aparecía como una ocasión ideal para crear las bases de la
masculinidad moderna: guerrera, cristiana, viril y con la necesidad de
demostrar constantemente su potencia sexual, la subjetividad hegemónica de la
modernidad/colonialidad.
Es esta la subjetividad
que mira, describe y representa los cuerpos indígenas (en el limbo entre lo
humano y lo animal, según su propia lógica) pero que extrae su propio cuerpo
del mapa que representa. De lxs indígenas las crónicas nos cuentan todo sobre
su piel, su color, su textura, sus pocos vestidos, sus ornamentos sexuales, su
lascivia, sus prácticas, sus ritos eróticos, sus comidas, sus creencias. Sobre
los cronistas, sabemos por las crónicas que son hombres vestidos con trajes de
metal, escribanos sin cuerpos. Ni los ojos que ven ni las manos que escriben se
evidencian en los textos, textos que miran sin ser mirados. Esta es la
narrativa que extrae el lugar desde donde se mira, ese conocimiento etéreo de
la modernidad.
Trabajos como el Museo
Travesti del Perú9 de
Giuseppe Campuzano, nos han permitido ver que la resistencia indígena y chola
ha sido también una resistencia sexual -que se ha mantenido viva durante los
últimos quinientos años- estos trabajos ponen en evidencia cómo desde esta
mirada supuestamente marginal, el entendimiento del concepto mismo de historia
muta necesariamente. Las historias que se han escrito desde el cuerpo, como nos
ha enseñado el feminismo, se despojan de ese carácter supuestamente imparcial
que se impuso desde la episteme moderna occidental y lo contrarrestan desde
microhistorias locales incorporadas. Estas historias caníbales hacen tambalear
la episteme moderna y con ello, la forma de entender y construir el mundo. Por
suerte para nosotras el canibalismo, como el feminismo, se propaga a través de
la materia.
REFERENCIAS
-AMODIO, Emanuele, Formas
de alteridad.Formas de la alteridad. Construcción y difusión de la imagen del
indio americano en Europa durante el primer siglo de la conquista de América.
Quito, Ed. Abya Yala, 1993.
-DURÁN, Lucio, Entre
la espada y el falo: la mujer americana bajo el conquistador europeo. Heredia,
EUNA, 1999
-DUSSEL, Enrique. FILOSOFIA ETICA LATINOAMERICANA,
De la Erótica a la Pedagógica 6/III Edicol, México DF.1977
-DUSSEL,
Enrique. 1942 El encubrimiento del otroHacia el origen del "mito de
la modernidad". Plural Editores-Facultad de Humanidades
UMSA, La Paz, Bolivia. 1992
-FOUCAULT,
Michel, HISTORIA DE LA SEXUALIDAD I
La Voluntad de Saber
-LUGONES, María. Colonialidad
y Género, Tabula Rasa no.9 Bogotá July/Dec. 2008
-MORA Rodriguez, Luis
Adrian, La conquista del sexo. Senderos: revista de ciencias religiosas y
pastorales 31 (94), 427-438
-PRECIADO, Beatriz.
Testoyonki. Espasa. 2008
-QUIROS LEIVA,
Dennis. Indios, sodomitas y demoniacos: Sumario de la Natural Historia de
la Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo. Revista InterCambio, Año 2, Número
II. 2003
-RIVERA CUSICANQUI,
Silvia. Ch’ixinakax utxiwaUna reflexión sobre
prácticas y
discursosdescolonizadores, 1a ed. - Buenos Aires : Tinta Limón, 2010.
80 p. ; 17x10 cm. - (Tinta
Limón)
-VESPUCIO, Américo, El
Nuevo Mundo. Cartas relativas a sus viajes y descubrimientos, Estudiopreliminar
de Roberto Levillier. Trad. Ana María R. de Aznar, BuenosAires, Nova, 1951
1En Filosofóa ética Latinoamericana, De la
Erótica a la Pedagógica 6/III (1977)Enrique Dussel plantea que para la
formación de la modernidad, la naciente subjetividad del ego conquiro (yo
conquistador) jugó un papel fundamental, en tanto que es la primera
subjetividad moderna, aquella que impone su individualidad moderna a otras
personas .
8 “La erótica estará antropológica, meta-física y
éticamente destituida por una dominación que atraviesa toda nuestra historia y
que es vigente hoy en nuestro mundo dependiente”(Dussel La erótica latinoamericana
p.50).
Ilustración superior:
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