1. Osiris,
uno de los dioses preferidos de los egipcios, fue
asesinado y despedazado por su hermano Seth, dios de las tinieblas. Su esposa
(y a la vez su hermana) Isis reconstruyó su cuerpo. Anubis le procuró un pene
nuevo, e Isis le devolvió la vida a su hermano chupándolo. En el British Museum
se conserva una imagen muy explícita de esta escena.
2.
En la antigua Roma, no existía la distinción sexual entre masculino y femenino, sino entre activo (valorizado) y pasivo (en esa
época, los esclavos y las mujeres). Es la misma distinción que encontramos en
la felación: por una parte, el acto positivo de penetrar (irrumare en latín); por otra, el de recibir (fellare). El "felador" estaba desvalorizado;
hasta se consideraba un insulto, que equivaldría a nuestro "que te den por
culo".
3.
Seguimos con los antiguos romanos. En
Pompeya, hay inscripciones con el nombre de algunas prostitutas (Lahis, Myrtis,
Veneria) e incluso de sus precios (!). "Lahis fellat assibus duobus",
o lo que es lo mismo, Lahis practica felaciones por medio sestercio. Una suma
irrisoria, teniendo en cuenta que un buen salario rondaba los 5000 sestercios.
4.
Las condenas religiosas más virulentas relativas a la felación provienen, sin
duda, de los católicos irlandeses,
durante los siglos V y VI. Según su régimen de penitencias, el sexo oral
suponía de 3 a 15 años de castigo, lo mismo que un asesinato.
5.
El 23 de noviembre de 1835, Juliette Drouet escribió a su amante, Victor Hugo: Tengo un apetito furioso de tu amor y de tu
persona, y te aconsejo que mantengas la guardia frente a mi gran amor, mi
enorme boca y mis grandes dientes, pues sus dimensiones son tales solo para
amarte mejor, besarte mejor y comerte mejor, mi querido caperucito negro.
6. El
imperio de los sentidos, de Nagissa Oshima (1976), es la primera película
no clasificada X que muestra escenas de felaciones reales. Diez años más tarde, pudimos ver una (de
menos de un minuto...) en la película de Marco Bellocchio, El diablo en el cuerpo. Aparecen otras felaciones no
simuladas en otras películas menos famosas como The brown
bunny (Vincent Gallo, 2004) y Batalla en el cielo (Carlos
Reygadas, 2005).
7.
Frédéric Dard (alias San-Antonio) es uno de los inventores más prolíficos de la
literatura francesa. Creó más de un centenar de
expresiones para denominar esta práctica, entre otras: encender la pipa,
empinar el biberón, beber del timón de la profundidad, destapar al duende
alegre, bipolarizar la golosina, saciar al caracol, o, sin duda, la más bonita:
satisfacer la zona al sur del Loira.
8. Y
dale que te pego con la lengua... Probablemente,
siempre recordaremos uno de los lapsus linguae (y no es un chiste malo) más famosos que han
tenido lugar en los últimos años en la "plaza pública". Se lo debemos
al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que en marzo de 2009, decía:
"Hay gran incremento de turistas españoles hacia Rusia. Hemos hecho ese
acuerdo para estimular, para favorecer, para follar... para apoyar ese
turismo".
9.
Se dice que en ciudades como París y Lyon, un tercio de las personas que se
prostituyen son travestis y transexuales. En
muchas ocasiones, los clientes piden cambiar los roles, siendo así ellos mismos
los que practican la felación. De cada diez hombres que acuden a mí, cuenta un
travesti, hay tres que quieren una relación con protección y siete que no.
Thierry
Leguay - La fabuleuse histoire de la fellation. Publicado el 27 de febrero por
la editorial La Musardine
Traducción de
Marina Velasco Serrano
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