Mar Sánchez
...Y
tras las horas en que nos habíamos devorado sin un resquicio de compasión,
llegaba la hora de la despedida, tú sabías tal como yo, que llegada la mañana,
yo seguiría mi vida y tú la tuya... ¿hasta dónde podríamos llegar así?...
...Y
aún mientras dormías, respirabas como si mi aire te alimentara, aspirando mi
olor, mezclado entre perfume, sexo y sudor... yo desperté con tu brazo
rodeándome las caderas... y el tiempo me pedía cautela, el silencio me
imploraba dejarte... te observé, tus gestos, tus párpados cerrados como los de
un niño exhausto de jugar, tus labios aún palpitantes, acusadores, tersos,
dulces, carnosos, humedecidos de mí... regalándome la satisfacción de saberlos
míos, de saber de la pasión que encierran...
...Y
sin querer, llegaba la hora, el doloroso "te quiero"... me desprendí
de las sábanas que cubrían mi desnudez, de tu brazo sobre mi pubis calmado pero
atento, terso pero radiante... Sabía que echarías en falta mi piel, mi cuerpo,
mi olor...
...Y
me senté al borde de la cama, de espaldas a ti, mis cabellos revueltos sobre
mis senos, senos aún cimbreando de tus caricias, de tu boca, de tu lengua,
pezones ensimismados por un clímax intangible pero alocado, convulsionados al
igual que mi vientre al notar tus dedos cálidos recorrer mi espina dorsal,
sentirte besar mis nalgas como el que besa a un recién nacido. Tu ternura
siempre ha sido mi debilidad...
...Y
gire mi cara buscándote, despacio, mirándote dulcemente, sabiendo que tus ojos
me pedían "no me dejes", "quédate conmigo"... con una
mirada dulce, pero envuelta de frialdad, conteste: "se hace tarde hemos de
volver"...
...Y
fue como si el aire se resquebrajara, tus ojos perdieron toda su niñez, su
ternura, se tornaron desalentados, desconsolados, perdidos, sentí un latigazo
en los sentidos, sentí como un vacío de mi misma, sentí como abandonaba un
pecado en alta mar, como se apagaba el Sol que me daba vida, como marchitaba
los besos que me hacían vivir...
...Y
al levantarme, sentí como mirabas mi mundo de mujer, como si fuera la primera
vez, siempre lo haces igual, dejándome herida para volver a buscarte, dejándome
trastro de ti hasta que vuelva a ocurrir...
...Y
envuelto en la sábana observabas cómo pacientemente recogía mis pantys, levantaba
la rodilla y la desenrollaba sobre mi piel, solo rozando la película de seda
sobre mi blanca piel, antes envenenada por tu cuerpo, deslizándola por la
trayectoria que había marcado tu boca horas antes...
...Y
mis senos, recogidos en dos copas de fina seda blanca, sujetas en el valle que
los separa, en el paraje donde fantasías volcabas al ritmo de mi palpitar, al
ritmo del ansia, al vaivén del descontrolado éxtasis del orgasmo palpitante, te
hacían derramar lujuria y posesión del deseo, la pasión, el amor...
...Y
yo mirándote con sonrisa malvada, te pregunté: "¿te gusto?, ¿te gusta mi
cuerpo?", no necesitaba su respuesta sabía que sí...
...Y
tú, seguías cada movimiento, cada gesto... Tomé la blusa, vestí mis brazos y
empecé a abrocharla, tomé la tanga, metí los dedos por la goma de atrás y la
separé, mirándote. Me mirabas con deseo, excitación, como un tigre sobre su
presa... aparté los dedos y el elástico chasqueó sobre mi piel...
...Y
seguías perfilar mis labios, denotarlos de carmín, tan rojo como la sangre que
bombean nuestros corazones al amarnos, tan lascivos como los sexos en
ebullición,... es magnifico seguir tus ojos, tu mirada... abroché me falda...
sentí tu tristeza, tu soledad me envolvió...
...Y
mis tacones elevaron mi figura, me observé al espejo, amoldé la ropa a mis
curvas...saqué del bolso mi perfume, mis pendientes, mi alianza...
...Y
me dijiste: "Mar, no quiero que te vayas", "te quiero"...
...Y
dejé en la habitación un rastro de azahar y un desapercibido...
"Hasta
luego"...
http://www.jesusfelipe.es/mar_sanchez.htm#Se_suceden_los_deseos,_
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Modelo: Elisa Duna
Fuente: www.poringa.com
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