lunes, 31 de julio de 2017

El tiempo no fue generoso con nadie - Elizabeth Neira


 “Ningún prisionero recobró el equilibrio sexual
 Depresiones, impotencia, insomnio...
 erotismo disperso en idiomas, lecturas,
 juegos, música y gimnasia”.
 Jim Morrison

A nosotros las reinas
a las que todos querían dar por el culo
aunque nos doliera
aunque nos atoráramos gritando que ¡No jetón!
¡Te digo que no!
Nosotras
caderas enfundadas en vinilo negro
y los ojos rojos
como dos semáforos
Colocadas, borrachas, voladas, pero conscientes compañero
Nosotras
las que empinadas en plataformas aleopardadas
ordenamos cada noche nuestra morena
contundencia en complejas estructuras
para sembrar el deseo

Nosotras
divinas hasta la intoxicación
violadas hasta el cansancio
inspiramos poesía en bares asquerosos
Besamos en la boca

y les dimos de mamar de nuestros pechos rabiosamente igualitarios
a toda la sociedad de los
poetas-muertos-de-borrachos
Nuestras camas fueron sociedades anónimas
y para qué decir lo abiertas
Estrellas de la noche, abortivas de día
Nosotras
las de entonces
ahora estamos solas
nuestros novios proxenetas encontraron trabajo
y se casaron con sus secretarias
Ahora tienen úlceras y un vientre planetario
Ahora nos dicen perras.
ellos
los fornicadores
Algunos se postulan para huevadas y en la micro vemos sus nombres en las paredes de los eriazos
En tanto los poetas
cargan mortificados y silenciosos la herencia
insalubre de antiguas residencias prostibulares
Pila de jetones
que creyeron que mientras más putas cogían eran mejores poetas
Esos, ahora son funcionarios municipales
y por suerte
por stress
sus focos infecciosos ya no se erectan más
Esos
resignados
todas las mañanas
relamen su fracaso en el seno de sus mujeres santas
que por santas
a esa hora
la piel ya les huele a detergente
A esa hora los poetas – funcionarios
se convulsionan en los baños por la deuda hipotecaria
y porque la santa tuvo un apetito terreno el otro día y se compró una crema “carísima”
a ver si así se le compone la ruina del rostro
mapeado por los excesos de su poeta
Los otros
los verdaderos
los bellos
Esos animales hermosos que nos amaron a todas
y que dejaron la vida en las plazas
en las protestas, en cada vagina que besaron y mordieron
Esos héroes insolentes
que arrancaban los jugos hasta de las piedras con sólo mirarlas
Se mueren de a gotas en los manicomios
A ellos
de pronto
les aparecieron madres y parientes
que no dudaron en encerrarlos
Los que tuvieron suerte
alcanzaron a depositar su delirio en clínicas privadas
los otros
se fueron sin trámite a Avenida la Paz
Como antes sobre nuestras piernas abiertas
ahora duermen sobre sus excrementos
El tiempo no fue generoso con nadie
Tenían razón aquellos que nos asfixiaban
Ni para los revolucionarios de gobierno
ni para los intelectuales de derecha
Menos para las reinas
A nosotras, las reinas
tanto amor peregrino nos comió las puertas
de la maternidad, pero más que eso
y que los abortos baratos
fue tanto maldito abandono
lo que terminó por ahuecar nuestros cuerpos y nuestros corazones










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