Uno se pasa la mitad de la
vida delante de una pantalla y la otra mitad delante de otra pantalla. El
tamaño aquí sí que no importa. Probablemente es el artefacto cotidiano más dado
por hecho en estos tiempos y sociedades en las que vivimos. En el trabajo y en
el ocio. En cualquier soporte. De ordenador, de móvil, de televisión, de lector
de libros. Y si esto es así, por su pronta accesibilidad, entonces el porno
podría ser el nuevo sexo. ¿Se ve más porno que se folla? Soy incapaz de
decirlo.
miércoles, 28 de febrero de 2018
lunes, 26 de febrero de 2018
Feck: ¿Porno ético? ¿Porno responsable? - Enrique Campos
Chris Truby empezó a ver
pornografía a los diez años cuando buscó en internet la palabra «melones».
Aquella búsqueda inocente derivó en otras, y en menos de una hora Chris estaba
viendo un vídeo de título «La reina de las corridas en las tetas». Quizá
hubiera considerado que el vídeo era una rareza si no fuera porque el contador
de reproducciones pasaba de los tres millones. Ahora, con quince años, a
Chris le cuesta mantener una erección si no tiene delante imágenes de sexo
extremo.
domingo, 25 de febrero de 2018
Hablando con la boca llena: el cunnilingus - Amarna Miller
Este resumen no está disponible. Haz
clic en este enlace para ver la entrada.
Cuando solo un género se desnuda: del CMNF al CFNM - Josep Lapidario
Hay demasiados desnudos en televisión y demasiado pocos en la radio. (Jarod Kintz, Seriously delirious)
Quitarse la ropa en un
entorno en el que todo el mundo va desnudo no se considera un gesto erótico.
Las playas y campamentos nudistas hacen hincapié en la sencillez, la liberación
del incómodo yugo de la vestimenta y el acercamiento a la naturaleza, más que
en el erotismo de los cuerpos desnudos. Sin embargo, cuando tenemos una sola
persona tal como vino al mundo mientras la gente alrededor permanece vestida,
se crea un ambiente cargado de sensualidad.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Tus nalgas - Vmunozarteaga - modelo Katya Elise Henry
Tendida sobre el
lecho recién humedecido por los fragores de la lucha, dormías con cierta
placidez. Tu rostro, bañado por algunos mechones de cabello, me advertía la
tranquilidad del sueño. Echada boca abajo tu cuerpo es otro. Y allí estaban tus
nalgas. Hace unos minutos mi cara ardía entre ellas y ahora están allí,
reposando las embestidas, sintiendo la tensión del endurecimiento de la saliva
sobre la piel que las cubre. Pensé en Charles Bukowski que afirmaba en su libro
Escritos de un Viejo Indecente que “el culo es el alma del sexo”. Una frase
hermosa, en especial para los que creen en la existencia del alma. También
recordé a Lawrence cuando describía las nalgas de su Lady Chatterley, decía algo
así como “la redonda e inactiva firmeza de las nalgas”. Mi querido Lord Byron las
describía como “algo extraño y hermoso de contemplar” Oh, Byron, tú
y yo sabemos que no se trata sólo de contemplar. Más aún si estamos de acuerdo
con Dalí al aceptar que “es en el culo donde se pueden desentrañar los mayores
misterios de la vida” Él tenía que saberlo mejor que nadie.
sábado, 17 de febrero de 2018
Frases y desnudos - fotografías
“El sexo es como una partida de mus: Si no tienes
una buena pareja… más te vale tener una buena mano.”
jueves, 15 de febrero de 2018
La Bien Paga - Antonio Molina - descargar video y PPS
Ná te pido,
Ná te debo
Me voy de tu vera,
Olvídame ya
Que he pagao con oro
Tus carnes morenas
No maldigas paya,
Que estamos en paz.
Ná te debo
Me voy de tu vera,
Olvídame ya
Que he pagao con oro
Tus carnes morenas
No maldigas paya,
Que estamos en paz.
Doncellas del bosque - desnudos de la ninfa Caprice
«Dedos de madreselva en bosques encantados,
frágiles dedos viajando por mi vientre, buscando agua de plata y aroma de
cerezas. Cinco cintas ardientes, cinco glaciares, cinco azores que arañan,
cinco cuchillos que llegan a los huesos. Cinco espadas. Y también cinco lunas y
cinco madrugadas de caballos salvajes corriendo hacia el abismo.» Luciano
García Lorenzo.
En numerosas mitologías, las ninfas
(del antiguo griego nymphé) son divinidades subalternas, miembros
de un gran grupo de espíritus de la naturaleza del sexo femenino. Se
diferencian las ninfas de los bosques (dríades), de las montañas(oréades),
del agua dulce (náyades) y de los mares (nereidas). Suelen
convivir con sus equivalentes masculinos, los sátiros.
domingo, 11 de febrero de 2018
Vida religiosa - relato erótico
Al salir del seminario de formación, ya tenía en claro
que mi ordenación había sido un brutal error. El desencanto surgió durante los
primeros dos años de estudio. Un estricto cerrojo de vigilancia se había
instalado alrededor de los aspirantes para impedir que saliéramos de noche en
busca de mujeres, y nos obligaba a silenciosos ejercicios manuales todas las
noches entre las sábanas. Al finalizar mis estudios me habían asignado a un
retiro en el Convento de las Hermanas del Huerto.
Una esposa insatisfecha - LaeticiaGonzalez
Hola Lili, cómo les fue en su
viaje, entró preguntándome a modo de saludo, yo me abalancé hacia él, y lo besé
en la boca, estaba sola, mis hijas estaban jugando en el patio con sus amigas,
me pegué a él como un náufrago a un madero, y mientras lo besaba y sin decir
palabra lo empecé a desnudar, sorprendido, empezó a recorrer con sus manos mi
cuerpo, no necesitaba desnudarme, solo tenía una camiseta larga y nada
abajo, la levantó rápidamente y yo inmediatamente quedé desnuda.
Sexo desenfrenado en la obra de la feminista Joan Semmel
Hoy en día, esta pintora
neoyorkina es conocida principalmente por sus particulares autorretratos, pero
hace cuarenta años su carrera despegó en el barrio del Soho con una muestra que
despertó de su letargo machista a todos los críticos y le convirtió en la reina
del erotismo de Manhattan.
Semmel era una joven rompedora
de su generación, aunque aún no era consciente de ello cuando llegó a España
tras finalizar sus estudios en la Art Students League de Nueva York. La luz, la
alegría y el movimiento cultural que se vivía en las grandes capitales,
atrajeron a esta pintora hasta la península para vivir en primera persona el
expresionismo abstracto, hasta que en 1970 decidió volver a su ciudad.
jueves, 1 de febrero de 2018
Mujeres desnudas - Elvira Lindo
Escribir es mirar, o la excusa para mirar. Todos aquellos que
vivimos del cuento deberíamos mirar hasta que nos dolieran los ojos. Yo
justifico mi entrometida curiosidad diciéndome a mí misma que lo hago por
ustedes. Por contárselo a ustedes, por ejemplo, me entrego sin reservas a la
observación de los cuerpos femeninos en los vestuarios del gimnasio. En España
los cuerpos de las mujeres ofrecen una monótona diversidad, nos parecemos
mucho. Aquí, en Nueva York, el abanico de la desnudez es una fiesta. Aquí he
aprendido a mirar sin que se note. Estudio, por ejemplo, los cuerpos de las
negras. No hablo del estereotipo de la negra obesa, no, mis negras, las que ven
mis ojos cada semana, son fastuosas. Una de ellas, la más joven, se aplica
crema en el pecho mirándose al espejo: su carne es tan prieta que parece que
está untando cera en una figurita de ébano. No hay pudor, casi nadie lo tiene.
Mi joven negra lleva un tanga que le deja al aire un culo que se curva hacia
arriba de tal manera que uno podría dejar encima una taza de café. Hay otra
negra en el espejo contiguo, tiene una toalla enrollada en el pelo como si fuera
un turbante, no sé si es consciente de que es una diosa, pero se comporta como
tal. Se pinta los labios de rojo y sonríe al espejo para limpiarse el carmín
que le ha manchado en los dientes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)